La Palabra de Dios, nuestro Manual de Vida nos dice: "para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros" 1 Pedro 1:4
Tenemos una herencia reservada para nosotros, pero ¿Dónde esta esta herencia? se encuentra en el cielo, donde no podrá ser contaminada, ni se podrá corromper con nada. Muchas veces estamos inmersos en este mundo caído, tratando de construir y dejar un legado económico para próximas generaciones, olvidándonos que una vez partamos de este mundo, no tendremos control sobre nada de ello, pudiéndose destruir, corromper, olvidar, etc.
La intención no es decir que debemos olvidarnos de todo aquí en esta tierra, no; aunque la Palabra de Dios es bastante radical, clara y fuerte en estos aspectos, diciéndonos que realmente NADA aquí es de provecho, que todo es vanidad, etc., sin embargo, hoy no te hablo de desechar o de olvidarte de las cosas o circunstancias en tu caminar por esta vida; sino de DAR PRIORIDAD a lo que merece prioridad, que es nuestra vida en el cielo; es que no te olvides que tu prioridad debe ser o debería ser ejercitar lo espiritual antes de lo corporal; acumular riquezas en el cielo, antes que hacerlo aquí en la tierra.
Pon tu mirada en el cielo, y replantea tus prioridades.
Te bendigo!
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